Esta tarde fresca
que hasta huele a invierno
hay un viento alegre
que acaricia mi pelo,
de pronto un manojo
de hermosos recuerdos
llegan a mi mente
hasta sin quererlo.
Por eso me ves
aquí escribiendo
esta carta mía
para ti, compañero.
Amigo de la infancia
de aquellos tiempos
que ya se me fueron.
Jugué contigo
siendo un mozuelo
cuando te lanzaba
a buscar el cielo
y tú, valeroso,
sin el menor miedo
subías bien alto,
bien alto y bien lejos
para verme feliz
con mi cometa nuevo.
Yo soltaba el hilo
evitando enredos
con los tendidos eléctricos
que estaban al acecho
o a la amenaza de lluvia
de algún aguacero.
Siempre fuiste amigo
de eso no me quejo
en los tiempos aquellos
en que fui al colegio
y después también
cuando fui al liceo.
¿Sabes? Me hace mucha gracia
los nombres diversos
con que a ti te llaman
en distintos pueblos:
Papalote, cometa, barrilete,
amigo del viento.
Papagayo, astro, milocha,
colorido guerrero.
Pájara, petaca, cabellera,
el amigo bueno…
Y yo sólo te llamo,
volantín de mis sueños,
mi aliado y cómplice
juguete predilecto
que en cielos del barrio
con coloridos festejos
alegrabas la estancia
de tantos pequeños.
¿Sabes? En mi mente todavía
aquel recuerdo llevo
cuando te corté el hilo
con dolor inmenso
para no verte sufrir
enfrentando al viento
que soplaba fuerte
y hasta hoy lamento
que me fue imposible
mantenerte quieto.
Y te vi alejar
por aquellos predios
sin mostrar tristeza
pues te vi contento,
perderte de mi vista
sin remordimiento.
Después comprendí
con el paso del tiempo
que los volantines
dan entrenamiento
para que al llegar a adultos
o tal vez a viejos
de alguna manera
nos acostumbremos
que unos se vayan
y otros nos quedemos,
o tal vez nos vayamos
y a otros dejemos
cuando haya que separar
el alma del cuerpo.
Viejo volantín
todavía te quiero
atesoro en mi alma
tu intacto recuerdo
con muchos colores
y tu ronco acento,
por eso esta carta
en señal te dejo
porque te imagino
volando en el cielo
con tu hilo brillante
con luz de luceros
y la larga cola
que todos te vieron
volando y volando
por el mundo entero.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 6 de marzo de 2017 a las 10:34
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON, Inexistente, JADE FENIX
Comentarios4
Bello poema para ese volantín que yo también recuerdo porque con ese amigo de mi infancia aprendí a volar y proponer mis primeros versos.
Comparto tu carta poeta amigo.
Gracias por permitirme compartir tu inspiración.
Purenino
Saludos amigo Luís. Ese instrumento volador de nustros años mozos fue dejando sus huellas en nuestras almas y aunque ya le cortamos el hilo, siguen volando en nuestros recuerdos.
Me gustó leerlo en su tono nostálgico... y sus verdades alegóricas.
Pues sí amigo, esa era la idea del asunto. Un abrazo.
Aqui en mi tierra oriental, se les llama Volador o Papagayo.
Bonito poema.
Bye,
Ross
Bueno paisana, sigamos rememorando dichos amigos con esa alegría colorida de ellos y ese entusiasmo de nosotros. Un abrazo.
Muy emotivas letras, y siempre dejando una enseñanza.
Un placer leerte amigo.
Un fuerte abrazo.
Epa amigaza, otro fuerte abrazo y gracias por tu visita comentada.
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