Jamás conocí el amor, hasta que te tuve en mis brazos.
Jamás conocí la belleza de la vida, hasta que te vi sonreír.
Jamás deseé que la vida fuera eterna, hasta que tomé
tu mano y te acompañé en todos tus retos, triunfos y fracasos.
Jamás quise tanto alcanzar el éxito, hasta que quise darte
Lo mejor.
Jamás quise tanto ser un buen ejemplo, hasta que te vi
imitar cada cosa que yo hacía.
Jamás un sacrificio valió tanto la pena, hasta que lo hice
Por ti.
Sé que tal vez tú no comprendas lo que hoy te digo, pues
tus alas son aún muy cortas, y la vida aún no te brinda la chispa
del entendimiento.
Aun así, quiero que sepas que aunque a veces te muestro
Cosas que para ti parecen injustas, lo hago porque prefiero ser yo,
quien te enseñe lo duro de la realidad, y no el mundo allá afuera.
Porque el mundo lo hará de manera cruel y despiadada, y no
le importará tu sufrimiento, como no le importó el mío cuando
tenía tu edad.
Por eso, hoy quiero decirte que aunque muchas veces sientas
que la mano que te acaricia, también te corrige con rigor,
el dolor más fuerte es el que siento yo, porque jamás supe de
dolor, hasta que te vi llorar.
Cuando los años pasen, quizá tú recuerdes eso y me guardes rencor.
Déjame decirte que yo muchas veces sentí el rigor de esa mano
que me acariciaba también, y me preguntaba, ¿Por qué si me amaba,
me causaba dolor?
Hoy esa mano ya no está para corregirme, y créeme
cuando te digo, que con lágrimas en mis ojos, jamás en la vida deseé
tanto que estuviera conmigo, en mis momentos de angustia y soledad.
Sabes que siempre te protegeré, y que daría mi vida por ti, pero
también debo enseñarte que aunque la vida está llena de amor
y felicidad, también está consumida por odio y mucha maldad.
Perdóname si crees que te lastimo sin entender el ¿por qué?, perdóname
si muchas veces crees que soy injusto. Quiero que sepas hijo mío, que
aunque tú no lo creas, lo hago porque jamás, pero jamás en la vida, amé
tanto como te amo a ti, y que hoy más que nunca, deseo con toda mi alma,
jamás llegue el día en que tenga que verte partir.
Porque tú te irás, en busca de aventuras, es la ley de la vida; mientras yo
sienta que la vida mía se termina.
Cuando ese día llegue, prometo no detenerte, pues aunque que te amo más que
a nada en el universo, no quiero que seas como esos pajarillos, que pierden la
vida en una jaula, por el dulce y a la vez amargo pecado de su belleza.
No me pidas no llorar, pues no puedo prometer lo que seré incapaz de cumplir,
pero puedes tener la certeza de que jamás… saldrás
de mi corazón, así pase mil años esperando a que regreses.
Por ahora hijo mío, disfruta de tu inocencia, deja que tus padres peleen
contra las injusticias de la vida, como una vez un anciano lo hizo por mí, y
aunque murió en la última batalla de esta vida implacable, en su último aliento
de agonía, se alzó con valor, y con orgullo le gritó al mundo, no me has
derrotado, mira quien viene atrás de mí.
Algún día yo me iré con él, cuando eso pase, quiero verte feliz, quiero verte
Erguido sobre el mundo, no como un tirano, sino como un ejemplo, para el
que viene atrás de ti.
Te amo hijo, si hoy ves estas letras borrosas, es porque las escribió tu abuelo
En su lecho de muerte, y me pidió que te las entregara a ti, y porque a
cada palabra que escribía, una lágrima caía sobre ellas, al recordar sus últimas
palabras cuando me dijo:
"Un día, tú verás a tus hijos crecer, y sabrás que es verdad lo que
te digo, hasta entonces, comprenderás en realidad, cuanto te amo…"
- Autor: Alberto F. Alvarenga ( Offline)
- Publicado: 6 de marzo de 2017 a las 17:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
Feliz dia, poeta. Me has hecho emocionar con tus letras.
Que historia de vida tan intensa nos estás mostrando, pero que regalo maravilloso que te ha dado como recompensa.
Quiérelo mucho, cuídalo y cuando llegue la hora, déjalo que vuele solo.
El jamás olvidará a su padre por mas lejos que esté.
Mi admiración a tus letras.
Abrazos del alma.!!!!
Gracias por tu tiempo y comentario Maria. Verdaderamente un hijo es lo más lindo que la vida nos puede dar. Aunque a la vez, te da esa responsabilidad de saber que su futuro depende de ti, y te duele corregirlos porque no quieres que sufran. Saludos cordiales, feliz día.
Amigo, se corrige con dulzura y hablándoles, deben saborear su niñez a pleno para que el dia de mañana sean adultos felices. Un abrazo, un beso, una palabra de cariño son su mejor regalo.!!!!!
Así es Maria, gracias nuevamente por tomar parte de tu tiempo para compartirlo conmigo. Mis mejores deseos!
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