Fuiste capaz de ser un horario de paz,
Un silencio suave que me despertaba,
Un fuego con caderas anchas que me dormía.
Te hundías libre en mi espera
Te acariciabas la piel en mi reposo
Buscabas cada ruido de mis huesos,
Escuchabas que se recitaba tu nombre.
Sonreías, amor, tú sonreías
Por ser mañana y verme, desayunarme y vestirme,
Por ser noche y regocijo azul, tacto carmín,
Y por mover tus caderas en mi piel erguida.
Respiraba tu voz y tu cuello
Te acercaba a mí con deseo
Se sembraba vida en mis contornos masculinos
Sudábamos al mismo ritmo
Volvíamos mar la tierra
La cama una avenida con resacas.
Y el grito trazaba memorias en la piel del viento apurado.
Sonreías cuatro veces, todas tus curvas me sonrojaban
Me enamoraban igual, me soñaban igual.
Sujetabas mis suspiros a tu aura apacible,
Y sonreías, amor, sonreías porque te daba vida.
Te leía en la cocina
Te leía de los hombros hasta la punta de los dedos
Te leía de los muslos hasta la punta de las uñas
Te respiraba
Te memorizaba los vellos, te contaba los años
Te amaba por cada error y un beso era tu premio
Y tú el amor me hacías, me mimabas, me decías.
Te fijabas en mi postura de sueño
Te memorizabas los besos que te daba
Cerrabas los ojos y sólo sonreías.
Eran tus manos que me protegían
Parecías ser mi madre en la agonía
Parecía tu cuerpo el sendero coqueto de mis pies
Y no huías
Te quedabas
Te amabas por quedarme
Te amaba por quedarte.
Y sonreíamos, amor, sonreíamos porque era un nuevo día
Y nos dábamos un beso de bienvenida.
-JG
- Autor: JG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de marzo de 2017 a las 01:14
- Categoría: Amor
- Lecturas: 85
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