Un hombre, suele tener la edad de la mujer que ama.
Un copo de nieve, nunca suele caer en lugar equivocado.
¿De que sirve, ponerle en la mano una lámpara a un ciego?
Por el amor de una rosa, el jardinero, es servidor de mil
espinas!!. Eso es tan cierto, como lo es que cada árbol,
ha sido sacudido por el viento, en más de una ocasión.
El ser humano, que desee estar tranquilo, para lograrlo
ha de ser sordo, mudo y ciego.
Te recomiendo, que jamás intentes poner recta la sombra
que proyecta un bastón torcido.
De lo que no estoy convencido, es de saber si por las
noches, las mariposas sienten frío.
Comentarios2
Pensamientos y reflexiones muy agradables. Felicidades amigo.
Gracias por el comentario
Un saludo
Bello poema, buenos consejos aunque cargados de determinismo.
Un abrazo
Gracias por tu comentario
Un saludo cordial
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