Vislumbré a lo lejos tu guedeja;
fértil anzuelo de tu amor de ensueño,
mi interior álgido, mi interior absorto
se acercó de a poco a tu corazón risueño.
Te sorprendí entre la penumbra densa,
me hablaste de la luna,
te hablé de su luminiscencia,
respiré profundo para sentir tu esencia,
tu fragancia a crisantemos,
tu mirada fúlgida, mirada de entelequia.
Caminamos juntos unos cuantos pasos,
anhelé con ansias tenerte entre mis brazos,
percibí tu hechizo asido a mis adentros
a mis pupilas, a mí.
Indagaste extrañada mi presencia,
balbucí falaz mi destino,
mentiroso corazón cobarde;
corazón alegre por estar contigo.
Cegué la cordura, fugaz y efímera,
permití al afecto musitar su llanto,
confesé que te quería, que te quería tanto
que eras mi aurora y mi ocaso,
de las aves el canto,
mi quimera,
la flor más reluciente de toda la primavera.
desahogué entonces lo que callaba,
lucías preciosa; tez amorenada,
mirada de ginebra, labios de carmín,
sonreíste coqueta a mi alma enamorada,
te obsequié la luna,
marfil y sonrojada,
deseando un beso,
para esta aurora acongojada.
- Autor: Julián Valdés Vásquez ( Offline)
- Publicado: 12 de marzo de 2017 a las 16:44
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
Comentarios2
Hermoso.
Gracias.
Excelente amigo poeta excelsas prosas de amor que describes imaginación de letras que sientes al escribir saludos
Gracias amigo, que grato comentario. Saludos.
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