Si pudiera platicarte
y realmente me escucharas,
te diría que ya no tengo miedo,
se me acabo,
se me perdió en alguna esquina,
se me salió de los bolsillos
y cuando me di cuenta
ya estaba en una pila de basura
junto a la necesidad de aprobación
y hambre de cariño.
Si me vieras a los ojos,
no te podrías detener,
entrarías en ese profundo laberinto
y te quedarías ahí para siempre.
Si realmente me sintieras,
verías las heridas de mi alma
y las cicatrices
que mataron a la mujer de hace mil años,
para que naciera el ser humano
transformado en viento y fuego
que con sus manos
ha tejido todo el amor,
el más sincero amor
que jamás hayas imaginado.
Si me escucharas,
detendrías tu marcha
para deleitarte con la melodía
única y maravillosa de mi alma,
que enamorada de la vida,
te ofrece un concierto infinito
para bailar la danza de los dioses
y edificar todos los mundos disponibles
y saciar todas sus posibilidades.
- Autor: Margarita Rodriguez Romero ( Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2017 a las 19:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 92
- Usuarios favoritos de este poema: Peregrina, Edmundo Rodriguez
Comentarios2
Unos versos llenos de vida!
Un gusto pasar a leerte...
Saludos amistosos de
Peregrina
Gracias por tu comentario, un abrazo!
porque hay que renacer libres de todas las etiquetas con las que nos sepultaron, entre ellas la de hombre, la de mujer.
Exacto! desnudarse de todo!
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