Arquímedes, el Leonardo de la antigüedad.
Renacimiento en pleno helenismo.
inventor, matemático y genio.
Talento, Sabiduría al servicio de la patria.
Espejos ustorios, que quemaban naves por
arte de magia, garras, tornillos infinitos.
Todo un muestrario digno de un hombre
que viajaba al futuro por las puerta de Levi.
Desafió al vil romano
que sitiaba Siracusa
No siendo tal excusa
para dejar de la mano
el matemático empeño
que su interés ocupaba.
No mudó siquiera el ceño.
No tuvo ni mala baba.
Solo pidió al soldado
que no le tocara, ¡Dios!
los círulos, por que vio
cernirse sus burdas manos
sobre sus asuntos.
Un ave de presa se precipitó contra mí
cuando los romanos rindieron mi ciudad.
La necrología me reserva un espacio en
el sótano de las leyendas por mi bravura
y mi serenidad ante la equivocada muerte,
porque Marcelo me quiso vivo, apreciaba
mi sabiduría, hombre inteligente y no el
soldado que no supo sino darme muerte
como subproducto de la ofuscación.
Una chanzoneta me digno a cantar en honor
a tantos hombres que han dado su vida por
una ilusión, en mi caso fueron dos: La Ciencia
y la Patria, impagable e impagada...
Con mi pluma de ganso sello estas palabras.
¡Que queden purpuradas en oro y orladas
con hojas de parra, para cubrir mi vergüenza!
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de marzo de 2017 a las 20:42
- Comentario del autor sobre el poema: Arquímedes, el primer Leonardo de la historia.
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 235
- Usuarios favoritos de este poema: Verso&prosa, Raquelinamor
Comentarios1
Epitafio hermoso...
Gracias por tu visita. Gracias
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.