Los miro,
y me arrodillo a su redondez
como venerando a dos limones maduros antes de beberles el alma.
Para qué negar que tus senos desvancecen esta ciudad envenenada
y esta ciudad es solo un sonido tenue
en las afueras de tus senos recién salidos de la mañana.
Para qué negar
que para mí tus senos son puertas
montañas
o camino resbaladizo
por donde pasa un arroyo
mojándolos
con agua blanca
sudorosa
y tibia.
Para qué negar que me gusta ver tus senos
husmearlos desde arriba
mientras vos sentada dibujás pensamientos borrosos en alguna tierra lejana;
mientras vos sentada
te quedás abierta a mis pupilas,
indefensamente abierta a mis pupilas dilatadas
hasta convertirse en salivas desbordadas.
Para qué negar
que me impaciento viendo ese sendero que envidio
lo envidio
por cruzar irrreverentemente
tus bellos, cálidos y rebosantes senos.
Dichoso sendero que envidio
ahí quisiera deslizar mis dedos
o mi boca y su beso
beso desbordado
beso líquido y fébril
que sobre tus senos
posarse quiere.
- Autor: Hugo Garcia ( Offline)
- Publicado: 15 de marzo de 2017 a las 20:44
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: Silvestr, Nipur, Josue Arisai Son, Anitaconejita
Comentarios2
Muy interesante y sensual poema.
Me gustó mucho.
Saludos amigo
Muchas gracias Nipur. Saludos.
Erotismo delicado, sublimes imágenes!! Qué hablan al compás con tus Estrofas!! Me encantas en esta área!!!
Abrazos apretados!!!!
Anitaconejita
Gracias Anitaconejita. Te agradezco por la benevolencia en tu comentario. Te aprecio mucho. Saludos.
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