El difícil espejo de un poema suele hablar
de quien lo escribe, se engola y asciende,
se imagina declamándose mientras atusa
sus finos cabellos pensando en los de su
amada o, directamente, aplaude su genio
ante la lámpara.
Lo difícil del espejo es advertir la suciedad
que desea destruir el poema, lo quiere atrapar
con los ecos de Narciso.
A mí me apasiona sentir ese ahogo, quemarme
a lo bonzo frente al espejo en el sacrificio que
está esperando la humanidad caníbal que
habita en este mundo y está deseando
despedazar poetas y ver cómo se consumen
en las ascuas que a todos nos infernan.
El difícil espejo de un poema es la lírica
del estiércol, que vino antes que la flor de la
primavera, del dolor que precedió
al enamoramiento. La lírica del vacío,
ese del que nadie habla porque no vende,
porque no se ve en el espejo y es el continuo
reflejo de todas las cosas,
de las que te hacen bien y de las que te
matan y estas últimas son las certeras.
Las buenas, en realidad, son las que te matan
como poeta y ¿sabes por qué?
Porque pretendes lo que el seductor asesino,
gustar para luego matar.
- Autor: Glomo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2017 a las 05:40
- Comentario del autor sobre el poema: Ser poeta o verse como tal.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
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