Otro pedacito de vida dejándolo en un nuevo libro.
No es insólito, pues, que los libros tengan también aroma.
Si uno se va dejando el alma en sus hojas, ¡cómo no van a oler a vida!
La vida que se la regalaron a uno y, que uno ahora, la regala.
¡La vida!, que siempre huele a manzana.
- Autor: Felipe Espilez Murciano ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2017 a las 16:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
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