Si acaso me ven y estoy ausente
con la mirada quieta,
con la sonrisa apenas,
las palabras se deslizan sin sentido,
cortando el viento
y mi pecho tal vez,
ahogando el llanto.
Si acaso mi rostro
tiene un dejo de dolor atravesado
y en mis ojos se asoma
la sombra de una espina,
déjenme vivir mi oscura pena,
no le eviten a mi alma la zozobra,
que así, apenitas,
va destilando las heridas,
que así, de poco a poco,
va vomitando el corazón
que marchitado
no le importa terminar a media calle,
sepultado en el olvido.
- Autor: Margarita Rodriguez Romero ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2017 a las 17:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: Bambú
Comentarios1
Uff, qué preciosidad! Es importante, necesario, fundamental hacer el duelo ante un suceso penoso. Hay que dejar que el corazón llore y sane
¡Enhorabuena por el poema!
Gracias por tus palabras. Si fueron dos años de duelo y apenas estos versos ven la luz…los tenía guardados para cuando las heridas sanaran, poder leerlos y platicarlos.
¡Un abrazo!
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