Fotógrafo de hospital ( Dedicado a saturnino espin 2017)
Conozco un hombre tan alto como el valor de la justicia.
Lo conozco muy bien. Quizá creo conocerlo...
Camina lento, como caminan los pies sobre la senda de Santiago.
Observa silencioso con humildad y cortesía, con esa su peculiar forma de andar.
Lo veo pasar todos los días,
cerca de mí,
en los pasillos,
capturando momentos que mi mente solo imagina, una profesión para mi desconocida:
Fotógrafo de hospital.
Fotógrafo de dolor y de sonrisas.
¿Cuantas sonrisas de niño enfermo habrán visto sus ojos?
Dicen que los niños enfermos pueden sonreír,
incluso cuando sufren,
porque la fe y el amor ,sustentan fortalezas.
¿Qué habrá sentido su corazón, esas primeras veces que plasmó esos ojos pequeños de niños que sufrían, plasmando su soledad acompañada?
Me gustaría saberlo.
Conozco un hombre alto.
repito muy alto. Quizá creo conocerlo...
Captura momentos especiales,
algunos impregnados de magia y de ternura,
como los villancicos de Diciembre,
del infantil coro de un colegio murciano con niños rebosantes de energía,
alegrando a la gente con su paso,
por esos pasillos de un hospital,
que a veces es frío,
a veces es cálido,
otras veces sombrío.
¿Qué habrá sentido su corazón esas primeras fotos con improntas de enfermedad,
de miedo, de mezclas tan variadas de fuertes emociones?
Es un hombre tan alto, tan alto,
que sus fotos son grandes, como él.
El mundo las conoce y las admira,
y conduce con arte las sombras y las luces, creando una belleza que permanecerá.
Así capturó un hospital nevado entre amarillas flores,
un día de diciembre de hace muchos años.
Así plasmó la grandeza del legado murciano y su gran catedral.
Ese hombre alto, tan alto como el valor de la justicia,
es un artista que observa,
que analiza y que graba,
en cada imagen detenida en el tiempo,
un momento ,
un suspiro,
un turbio atardecer.
Me han dicho que se va.
El momento de todos, supongo que termina, o debe terminarse alguna vez.
No obstante,
no puedo recordar casi ningún momento de mi vida,
de la vida de todos en esta ciudad hospital,
sin la presencia discreta de sus pasos,
sin su cámara al hombro.
Siempre ha estado presente, en ese antes y acaso también lo estará en el después.
Así lo haremos todos.
Recordarlo con cariño y ternura,
cada vez que veamos sus fotos,
los recuerdos vendrán,
evocando unos tiempos no mejores quizás,
pero si memorables,
donde una sonrisa roja enorme de papel colgaba de su mano,
y nos obligaba a sonreír tímidamente.
- Autor: Ishtar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de marzo de 2017 a las 06:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 215
- Usuarios favoritos de este poema: Anitaconejita, caballo negro
Comentarios3
Qué precioso, tocando el alma en esta fria madruga, es un homenaje a una gran persona llena de bondad y amor para el prójimo, lindo
Abrazos
Gracias Ana, tuve la fortuna de conocerlo y ser su compañera, era lo menos que podía hacer ahora que se jubila. Un abrazo.
Hermosa recreación de un hospital, lugar donde la muerte juega a las escondidas con la vida, me encantó.
Un abrazo
Gracias Boris, una interesante profesion que desempeño mi compañero, llena de anécdotas de todo tipo.
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