ALMAS DERRAMADAS
Enciende el brillo de tu oquedad
Aflora el territorio
estas en el llano
La guerra ya comenzó.
No importa el color
albarino, blancos o negros
la piel se desgarra
el individuo transmuta.
Amarillo, negro y rojo
enfrentados, infiltrados
el fútbol un pretexto
violencia camuflada.
Los niños abandonan el lápiz
adhieren el frío acero a su piel
soldados para defender el territorio
La calle es su ámbito.
El fuego cruzado se naturaliza
escenografía matizada con sangre
las tribus imponen el terror
todas luchan por lo mismo.
El trabajo ignora a la juventud
la impotencia equivoca el camino
esclavos venden la mejor,
carretera al infierno.
La voz del silencio, multitud del hartazgo
calles inundadas de dolor
unidas por una misma bandera
¡Justicia!
Los vientos oscuros no cesan
enrevesados senderos
impiden los cielos claros
mientras los espíritus lloran.
El mal destruye cemento
hiende la tierra, oxida entramado
el centro se aveza
penetra escuelas, corrompe estrados.
Se escurre sangre y lágrimas
puedes morir por error
hoy cae un amigo, a nadie le importa
soldados de la calle, nunca saben cuanto dura el día.
Sólo almas derramadas en las arterias
pueden encender una luz en la oscuridad
no siempre encarcelan al perverso,
alguien tiene que pagar.
Ruben Martín
15 de Septiembre de 2016
- Autor: Rubén Martín Pereyra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2017 a las 21:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios2
Sin palabras.
Felicitaciones, poeta.!!!
Gracias! María, pequeñas gotas van inundando el alma de entusiasmo.
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