Siempre encuentro en mi memoria
-a veces nada busco-
sabor a cucharilla y azúcar
en una mañana de invierno.
Son las diecimedia en punto,
hora de alimentar el alma
viendo la desnudez de la calle
reflejada en el jaspe de tu mirada.
Es el momento grácil
la fuente oculta entre el tráfico
donde saboreo el agua más fresca
que manar pueda río alguno.
Tu presencia, tu palabra,
el gesto mecánico del camarero
y el amorfo escudo de mi camisa
dan vueltas en torno al mundo
hasta que llegan otras diecimedia.
Calendario de vida intensa
-me fue marcada en el Olimpo-
que no tiene tardes ni noches
que aspira con fuerza el aire
rastreando el perfume de tu piel.
Tal vez en alguna hora perdida
se hayan cruzado en el éter
aromas y deseos
y nos hayamos visto los dos
sentados frente a frente, en el bar.
Tañer de solitaria campana
que llama puntual a la oración
mientras un caballo relincha
desprendiendo luz entre sus cascos.
- Autor: J.R. Infante (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2017 a las 12:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
Comentarios3
Hora mágica.
Y esa hora perdida siempre será bien hallada.
Una delicia de poema.
Lo escuché en Ivoox; aquí no puedo.
Siempre es un placer leerte y escucharte, querido amigo.
Abrazos.
Hola, Vero. Me alegra verte por aquí y me satisface saber que te gustó el poema. Gracias y un abrazo
Grscias, Vero, lo mismo digo aunque ahora ando algo más perdido.- Un abrazo
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