Cayendo la noche,
de paz un remanso,
después del trabajo,
se marcha al descanso
Se levanta al alba,
al sol le madruga,
prepara el café,
se lava y enjuga.
se marcha hacia el predio,
aún muy temprano,
calabaza con agua,
y machete en mano.
Es grande el esfuerzo,
entre el sol ardiente,
pero paso a paso,
trabaja paciente.
A veces la lluvia,
valiente soporta,
preparar el campo,
tan solo le importa.
Cultiva la tierra,
de forma afanosa,
y ella da frutos,
pues es generosa,
Recoge cosechas,
ofrece venderla,
la gente barata,
pretende tenerla.
No tienen conciencia,
piensan en robarle,
un precio injusto,
proponen pagarle.
Y el campesino,
termina cediendo,
al menos le alcanza,
para seguir viviendo.
Él, trabaja fuerte,
otros les acechan,
se roban sus fuerzas,
también sus cosechas.
y vuelve a la tierra,
a dejar su huella,
con sudor y sangre,
su historia se sella.
J.Moscoso.
Derechos de autor reservados.
José Antonio Moscoso Vega.
Costa Rica, Puntarenas, Corredores.
28 de julio 2017.
- Autor: J.Moscoso (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2017 a las 19:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.