La luz de los faros de la ruta me desvelaban paulatinamente bajo el apoyo de una intranquila alma.
Los rechinantes ruidos del amortiguador derecho-trasero del viejo colectivo me incomodaban bastante.
De repente el estremecedor llanto de un niño rompió la poca paz que yo cargaba y fue el detonante de una gran lágrima que rodó por mi mejilla izquierda.
Y mi olfato estaba al borde del colapso culpa del viejo gordo del asiento de al lado que olía a cebollas y ajo.
La cortina estaba rota, los auriculares los había perdido justo ayer, y claro que un barbijo no llevaba... igualmente todos estos "problemas" solo eran gotas que revalsaban el vaso, gotas como las que caían de mis mejillas y me humedecian la ropa.
- Autor: Dean Neal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2017 a las 22:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
Comentarios1
Buena ...
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