El vuelo del cárabo me despierta de madrugada,
el roce de las sábanas me ortiga, tu ronquido me
da envidia y el reloj de cuerda es un diapasón como
gota de agua que me ahoga sin poderlo parar.
La noche es metálica, el hueco de mi paladar
se seca, es metálica como se desnuda el cubierto
en la cena, es metálica como la luna refleja por
la ventana su llanto, si no, a qué tanta
luz si no fuera metálica. Y tú roncando...
Se me atora el grito en la garganta y no soy capaz
de expulsarlo. Sea por despertarte, sea por una presencia
que no advierto a precisar, las cuerdas insomnes
me aprietan tobillos y muñecas y no me sueltan...
Despacio, respiro más lento, que el vientre amanse
el fuelle de tanto fuego y, ¿cuándo me incendió por
dentro... cómo perdí la razón en la cena mientras
estábamos discutiendo?
Necesito que mi sollozo se haga más pequeño, que
las costillas trémulas en la desventura sugieran un
un bostezo, porque la prisión de mi tálamo se ha hecho
demasiado grande para lo que me está ocurriendo.
Tengo miedo a la bestia negra que vivía bajo el somier
cuando era pequeño, cuando mi madre me decía:
"A ver si te haces grande y te pierdo de vista".
Quizás no fue el cárabo el que me desveló y fueron
los ronquidos de tus fauces, las mismas que me asustan
en la cena afirmando: "A ver si maduras de una vez,
Fernando".
Comentarios3
muy bueno , me gusto la manera de expresarte y contarlo un placer de lectura , y muy bueno el final,
Gracias Yunke por tus palabras. Un saludo .
Porqué será que me pones a leer y releer siempre tus composiciones?? Es que tienen tanto de todo que me dejan en reflexión.
En este por ejemplo, puede que ese monstruo al que se le teme sea la ira que no se logra controlar y se pierden los estribos con mucha facilidad, o tal vez la inmadures, o alguna inquietud sin mucha importancia pero que se manifiesta en ansiedad, mientras los demás duermen tranquilos... por qué no creo que solo sean esos ronquidos los que pertuban el sueño jajaja
Muy buen tema de verdad,
Saluditos,
Ross
Me alegro de que te invite a la reflexión Ross. Leo mucho sobre el amor romántico, pero lo que a mi me azota es la desventura, la dificultad, ese fuego, quizás el mismo, quizás no, que surge en el alejamiento de la persona amada. Creo que la pasión es igual de mentirosa que mucha poesía y me atrae desnudarla. Para mi la incomodidad es necesaria para la lírica aunque la mayoría de las veces parece estar reñida con una pretendida armonía. Donde termina la poesía, comienza el abismo de la filosofía y viceversa, la una sin la otra es un estuche vacío, un anillo sin dedo o una prótesis dental sin encía que le acoja. Como dijo Maria Zambrano : "Filosofía es la pregunta y poesía es la respuesta". Me encantó tu comentario Ross. Un abrazo.
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