Gotas de sangre
Que caen sobre el camino
Gotas de sangre que no quiero ya mirar
Gotas de sangre
Que me apartan del destino
Gotas de sangre que no me deja respirar
Iba cayendo y no dejaba de parar
Aquel puñal clavaste sobre mi pecho
Aquel puñal frío como el hielo
Iba cayendo y no me podía levantar.
En una noche de invierno
Una relación larga se apagaba
Una herida no se pudo curar
Una bella dama me miraba
Y ahí, ella, tristemente me decía:
Cierra los ojos y ya no sufras más.
¡Anónimo! No corras más
Vive tus días, vive de lo que gustas
Vive y vive.
No me vengare ni te mirare
¡Anónimo! Saludos sin resentimientos
No me marcho con penas
Me marcho en libertad.
Me marcho feliz de haber vivido
Una vida larga y hermosa
Una vida sin problemas ni miserias
Una vida sin correr de aquí o allá
Una vida sin tratar, siempre de escapar.
La sangre me envuelve
Las estrellas me iluminan
Y yo sigo aquí tendido
En un suelo húmedo y frío.
Gotas de sangre
Que caen sobre el camino
Gotas de sangre que no quiero ya mirar
Gotas de sangre
Que me apartan del destino
Gotas de sangre que no me deja respirar
Gotas de sangre y ¡Al fin! puedo descansar.
- Autor: Marc Chagall (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2017 a las 20:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 173
- Usuarios favoritos de este poema: maria1314
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