Las aves me regalan un concierto, de tonos suaves celestiales, las miro volar con elegancia, entre el verde de los matorrales.
Y llena mi alma los detalles, como un río refresca en sus caudales, al ser que las penas a calado, y profundo se encuentra lastimado.
Despacio camino en el jardín, admirando los lirios y las rosas, entre encendidos colores y aromas, entre flores tiernas y hermosas.
Y pienso que no todo en la vida, es pena o dolores tormentosos, que igual que flores hay amores, como perlas son tesoros muy valiosos.
Contemplo en las tardes arreboles, con dibujos del pintor de los cielos, y hermosas siluetas a lo lejos, de aves que marchan entre vuelos.
Y si algo quedaba de tristeza, termina al mirar tanta belleza, y me siento feliz y agradecido, por la vida que Dios me ha permitido.
Por si acaso quedaba alguna duda, a mi niño suave yo le llamo, y aparece entre risas entre cantos, y me besa y me grita ¡yo te amo!.
- Moscoso.
Derechos de autor reservados.
José Antonio Moscoso Vega.
Costa Rica, Puntarenas, Corredores.
10 de diciembre 2016.
- Autor: J.Moscoso (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2017 a las 20:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Las estrofas salen del sentimiento como el agua brota del manantial de la misma vida estimado José..
Un placer su lectura...
Un abrazo
Gracias, es un gusto amigo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.