Te esperé; una eternidad y no llegaste,
la semana se hizo larga,
ansioso que llegara este día, para amarte.
Y la noche, lluviosa y fría anunciaba la tragedia,
mi corazón lo presentía, por el frío de tu ausencia
que esta noche no sería nuestra
sino solo mía; soledad.
Te esperé, con una flor, dos te quiero y mil caricias.
para tí, había guardado con recelo
mis abrazos y mis besos; mi sonrisa.
Te esperé y no llegaste.
y así como la lluvia, la tristeza me envolvía.
Y los besos y caricias, los abrazos y sonrisas
tuve que tirarlos, al viento, desde mi ventana
Te esperé, preguntándole a la noche donde estabas
y me respondió el silencio que ya no llegarías.
Y la flor se marchitó, como se marchita mi alegría
te esperé, como el sediento en el desierto,
ansioso por una gota de tu amor
que refrescara mi alma y no llegaste.
Ya solo me queda recoger los pedazos de mi alma adolorida
y tratar de unirlos en algún rincón de mi soledad.
Y así aun después de amarme, te vas y te alejas
dejando en mi solo el recuerdo y el aroma de tu cuerpo
Y mis ganas de amarte, ahogadas en el fondo de tu olvido
te esperé y aun te espero.
12/06/2011
- Autor: pedro L. torres ( Offline)
- Publicado: 2 de abril de 2017 a las 23:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 73
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