Eneas, hijo de Afrodita y Anquises
convirtió su derrota en la victoria
y nacimiento de un gran imperio.
Lo llevó Las olas de la historia,
envuelto entre los velos del misterio,
a la fundación del pueblo romano,
herido en el amor a Dido en vano.
Fuiste el epítome del hombre que se levanta
de un fracaso, diría más; de quién convierte
una debacle en la esencia de una victoria.
Fuiste un Ulises sin Ítaca y sin lotófagos
pero con Dido, Anquises y Roma.
No volviste con tu familia sino que creaste
la semilla de lo que sería la tuya después de
renunciar al amor por imperio del destino.
Se te escurrió de los dedos tu querido padre, que
salvaste sobre los hombros del infierno ilíaco para
verlo morir en tus brazos en las costas sicilianas,
hallaste por el azar del maleficio de Hera el amor
en las costas púnicas en la persona de una diosa,
que después te juró odio eterno tras su abandono,
sin saber que fue ajeno a tu voluntad, que fue por
mandato de tu madre Afrodita.
Tu sacrificio se trasformó en leyenda, tanto en lo tocante
al devenir del Imperio Romano como en la trascendencia
literaria que alumbró tu biografía desde que las manos
doradas de Virgilio dieran en cincelarla.
Amor omnia vincit
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2017 a las 18:52
- Comentario del autor sobre el poema: El mito de Eneas, la historia que acaba bien después de una odisea.
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 163
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.