Siempre termino recordándote
mis horas pesan mucho
e igual el mundo gira
incluso apartados el uno del otro,
tomo una de mis hojas
y esbozo tu perfil arabesco,
la hoja inmóvil cobra vida,
esa que solo existe
cuando nuestras manos son solo una,
tengo la idea del amor
que la ansiedad de verte me genera,
tanto así es,
que quisiera vivir para siempre
en el mundo que hemos reinventado,
y ojala que de sueños
se viviera un poco…
Seria maestro de aves mensajeras
o rey del mar de botellas con apócrifos,
con el mensaje que no logro decirte,
y el misterio enloquecido
de estar contigo,
junto al poema que pueda
leerse hasta en la muerte!
la historia que encuentro en tu mirada,
de la quietud del tiempo,
de lo que muchos podrían
hablar algún día,
viajar de aquí a allá
e ir a dar a una orilla de Ámsterdam.
Y lo que hoy te digo querida mía
sea parte de la lucha
contra la extinción del amor
renaciendo en uno y otro lado;
siempre termino recordándola,
la noche me invito a conversar,
por ahora, me dejó hablando solo.
- Autor: Joaquin (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2017 a las 22:17
- Comentario del autor sobre el poema: La noche y las miles de cosas que le decimos como a la espera de algo"
- Categoría: Amor
- Lecturas: 96
- Usuarios favoritos de este poema: Luis Angel Cantú Suárez
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