Muchos hablan de humanidad,
profetas mencionan la igualdad,
el soldado avanza con dignidad,
el terrorista ¿sabrá a quien apoyar?
será posible ¿sentir placer al matar?
Cuatro de marzo del dos mil diecisiete,
niños van caminando a su hogar,
algún hombre o varios apunta su caminar,
la mujer sonríe al ver a su hijo,
los niños sonríen imponiéndose al pesar
la inocencia crece aún en ellos sin atajo,
sus madres humildes al verlos olvidan la muerte,
pobres inocentes, ¿morirán sin miedo, ausentes?
Pensamos en nuestra pulcra burbuja
tomando en el café una infusión de naranja
esperando con ansías analizar la noticia de mañana,
pero ¿Por qué no actuar en el ahora sin gloria ni pena?
Una, dos, tres, cuatro, ignoro la cantidad de bombas,
diez, cien, mil, ignoro la cantidad de muertes, de heridas.
Desconozco los nombres de aquellos infantes,
de las féminas que los acompañaban, menos se de los hombres;
sé que culpables no fueron, la guerra no es de ellos,
el dolor provocado por estas tecnologías de presuntuosos
corderos que siguen el bando incorrecto,
quedará inmune en el comunicado de pasado mañana
seguirá el olor a muerte al igual que ayer y antier,
sepultarán difuntos que no serán comentados de verdad,
al final solo el viento y la familia lo sabrán,
sus nombres en números se convertirán,
y en una caja de archiveros quedarán,
en el olvido se irán,
al igual que este poema que nadie leerá…
- Autor: ErC ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2017 a las 01:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 100
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