Mis manos, no pueden traspasar el portal del sosiego.
Pasan la mayor parte del tiempo, escribiendo, dibujando
sonrisas, y paisajes preciosos...
Acarician, cuando tienen ocasión de hacerlo, reflejando
vivencias en blancas hojas de papel.
Tan sólo logran encontrar descanso, al llegar la noche.
Las manos son mi voz, mi aliento, la alegría y el silencio.
Al llegar el alba, ya están predispuestas para enfrentarse
a la rutina diaria, no temen la lucha ni el sufrimiento...
¡Siempre están dispuestas a cabalgar, como si de
potros anhelantes se tratara !!.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2017 a las 03:43
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 99
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Inexistente, AZULNOCHE
Comentarios1
Un bello homenaje a las manos, tan olvidadas a veces siendo tan importantes y necesarias.
Un abrazo.
Así es , hay que prestarles atención, ellas también suelen hablar en silencio como la mirada.
Un saludo cordial
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