Yo conozco poco, muy poco del mundo ensimismado.
No he salido del cuenco que guarda mis convulsas raíces.
Yo conozco poco, casi nada del mundo.
No me importa el ruido, las calles, ni la gente.
Me despierto buscando, con las manos vacías
Una mano, un pie, algo a que asirme.
Encuentro que caliente, o quizá tibio.
Guardando las ojeras de los hombres cansados,
El café, dulce expresión de la ternura de la tierra,
Nos regala su paz y un bienestar de cariño interminable.
Yo conozco, poco casi nada del mundo.
Pero conozco el moreno elixir que brota de la rama,
Que emerge fuerte, poderoso, cual llama incandescente
Y convierte la invernal sangre en primavera,
Y los ojos dormidos en luz del sol de mediodía.
Del mundo espero poco.
Solo me dieron trozos de sueños sin sentido.
Conciencia falsa, promesas incumplidas.
Pero tú ,pan blanda conciencia del pueblo,
Oro de harina, tesoro y fundamento.
Eres al inicio del día,
Y al final de las horas,
Una voz que susurra con dulzura
Una canción que rompe la amargura
Mientras bailas con el moreno elixir en las sombras.
Café con pan. Pan y café de olla.
Café obscuro, negro, pero transparente como la brillante aurora.
Blando pan, azucarada adoración crujiente de mis días.
Alimento del pobre, del humilde, y del rico.
Caricia de un momento fugaz.
Café con pan . Pan con café del mexicano.
- Autor: Ishtar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2017 a las 15:14
- Comentario del autor sobre el poema: Creo que hay poco que decir sobre el café. Es parte de la vida de casi todos.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 360
- Usuarios favoritos de este poema: caballo negro, Lualpri
Comentarios1
Hermosa reflexión sobre uno de los hábitos más arraigado en nuestro México. Saludos
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