Sus ojos, sus hermosos ojos, eran los que decían todo.
No había más que exclamar ante esa penetrante mirada.
Esa inexplicable complicidad que nos unía, era algo fuera de este planeta.
Conocerlo por los ojos, fue lo que me convirtió en su confidente.
Conocerme por los ojos fue lo que convirtió al hombre ojos color cacao, en mi hombre ojos de cacao.
Éramos dos cómplices jugando con fuego.
Éramos dos personas extrañas, amándose de reojo.
En ojo de ciclope vemos las horas pasar.
No somos dos. Somos uno.
Uno en silencio de amar al otro con los ojos, desnudándole el alma, siendo uno, siendo dos.
- Autor: Ani (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2017 a las 00:33
- Categoría: Amor
- Lecturas: 858
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Marín, ADOLFO CESAR MARCELLO, Lorenzo13, El Silente Vagabundo
Comentarios3
Bien logrados y hermosos versos, Anita22. Saludos.
Muchas graciasss!! Saludos.
Un gusto leerte Anita
bambam
Muchas gracias!!
Muy hermosas pinceladas de amor amiga Poetisa Ani, cuando el amor se hace presente cubre cada célula del cuerpo con esa magia, ese fuego que enciende los corazones y lo funde en uno solo que palpita buscando la eternidad.Te deseo una Feliz Semana Santa.
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