Cuando veo como desfilan las perfidias
y los pobres se resignan
me uno a ellos para acercarles el animo
para dejar en sus manos
en las torpes y bellas palmas de labriego
un puñado de desobediencia.
Y les cuento que:
Tintinean los amuletos colgados del ramaje
el viento del este los agita con premura
es que el hechizo de la vida corre peligro,
deberán mostrar su brillo en la soledad del éxodo
son las llamas errantes que el profundo viento agita,
es el poniente vehemente que se muestra triste,
y es triste el ayer que se escapó sin haber vivido.
Y también les digo que el mundo los aguarda
que espera
a los pechos desgarrados que aun sienten
a los sufridos insomnes que interrogan
y se abrazan a su aurora de mar y fuego
Y a sus rayos que son titanes ardientes.
que aún están
Los parrales que perpetúan la magia del vino
La cancioneta italiana que saca sonrisas
los paredones de pino esperando el aire
las baladas de los viajeros en la planicie azul.
- ¡Que todo está vivo, aunque parezca un letargo!
- ¡Que vale la pena y que la poesía todavía cura!
Carlos Brid
Derechos reservados
- Autor: Carlos Brid ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2017 a las 18:44
- Comentario del autor sobre el poema: Poema dedicado a todos aquellas personas que han perdido la fe, la esperanza, el idealismo o tal vez la ilusión. Siempre vale la pena esperar el mañana aún cuando no haya señales.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 112
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo, Hugo Emilio Ocanto
Comentarios1
Nunca hay que perder las esperanzas.
El mañana ha de ser mejor.
Como hombre de fe, lo expreso y lo sostengo.
La vida es maravillosa.
Como tu sentir, poeta.
Te invito me visites, compatriota.
Mi saludo, mi amistad.
Hugo Emilio.
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