Lo que ayer me fue presagio de un mar en calma, hoy, se ha convertido en lodazal, reseco, de arenas sin tiempo en cielos grises.
En los arcanos laberintos de mis confundidos pensamientos, la noche deambulada, se entreteje en el abismo insulso con la luz lejana de Penélope, mientras una brisa insomne descolgada pretende acariciar el eco de una angustia torpe. Los días cabalgan en el tiempo entre guijarros de salinas aguas y carencias desmesuradas de albores florecidos, entre llantos pertrechos de amores viejos.
Apenas si se escucha entre el verde roído del monte de mi pecho, un lejano trinar de un zorzal herido queriendo alentar en la distancia, la vulgar presencia de un sendero sin espinas, ¿llegará mi gastada esencia en él a dejar huellas? quizá con el valor de guerrero de la antigua Grecia y perseverante en el anhelo pueda encontrarme sobre él iluminado por la luz de una quimera, que entre azules nubes de ilusiones se esgrime en mi utopía.
Sé que ha de llegar el día que a mi alma un nuevo cielo, me tendrá en cuenta entre crepúsculos cautivos y el bello canto de una alegre alondra, para sosegar la ansiedad que sin ausencia palpita, en el légamo de mis adentros pretendiendo redimir mi nostálgica esperanza.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta – Argentina
(derechos reservados del autor (*))
- Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de abril de 2017 a las 10:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
Comentarios1
Un placer esta bella prosa llena de imágenes de la naturaleza donde transitas la tristeza y la esperanza .
Un saludo desde mi Entre Ríos
Gracias por tu agradable compañía estimada poetisa Marellia. Recibe un cálido y cordial saludo, compatriota!!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.