Sin saberlo estaba ciego,
iba sin destino rumbo
donde nadie me esperaba,
solitario por el mundo.
Pero tendiste tu mano
y se extinguieron mis llantos.
Las formas que no veía
dieron paso a un seguro
universo de espactáculos,
ya sin temores difusos,
ya sin los temores vanos
que ensombrecían mis pasos:
fue porque irradiaste tu
amor nítido y translúcido
que salí de las tinieblas
y de mis errores muchos.
Ya no veo como vanos,
Jesús, los sueños de antaño.
A ti debo mis anhelos
por fin vivos y seguros.
A ti toda mi esperanza,
mis sueños y mi futuro:
¡Y no seré defraudado
porque en ti me he cobijado!
- Autor: Sebafel ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2017 a las 18:17
- Comentario del autor sobre el poema: Es un poema muy personal. Ojalá les guste.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 79
Comentarios1
Pues si,lleno tu expectativa. Me gustó. Un abrazo.
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