Quien ha tenido la suerte, de alcanzar la libertad de
la razón, no puede por menos sentirse un caminante.
El buen caminante,sentirá con alegría e interés, el
mirar con los ojos bien abiertos, cuanto está en su
entorno, de ese modo, podrá guardar esas sensaciones
en su mochila, compañera inseparable de viaje.
El buen caminante, es preciso que tenga alma de
vagabundo, y una gran entereza, para evitar atar su
corazón a cualquier situación.
En su interior, anida una fuerza muy grande que le
obliga a cambiar de paisaje con frecuencia.
Pasará alguna que otra mala noche, pues cansado
de tanto caminar, llegará tarde a la ciudad, y la puerta
que debía concederle acceso y acogida, es fácil que
la encuentre cerrada.
Pero dada su condición de luchador nato, se limitará
a esperar el nuevo amanecer, prosiguiendo con la
misma ilusión su periplo...
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2017 a las 03:20
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 80
- Usuarios favoritos de este poema: AZULNOCHE, Texi, Edmundo Rodriguez
Comentarios1
Despertando el día, ya lista para caminar...
Todo un camino por recorrer, tus fuerzas y tú en soledad.
Todo el día por delante.
Sólo el cielo, la tierra, los árboles y un camino que recorrer físico, mental y espiritual.
De compañero el viento y la belleza que se cuela por los ojos y ya no te abandona...
Esto me inspiraron tus palabras.
Un abrazo
Muy lindos pensamientos llenos de una gran ternura y no menor sensibilidad. En efecto, la belleza entra por la retina de nuestros ojos y queda reflejada en nuestra mente con la misma fuerza que son nuestros deseos. La suave brisa de la primavera, acariciando nuestra cara es muy agradable, eso es tan cierto como lo es que no hay noche sin mañana.
Un abrazo amiga
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