Carta para mi posible suicidio

Algunas historias de amor comienzan con escenas muy cursis que incluyen una mirada, una sonrisa, o una anécdota inolvidable. La nuestra es menos… Especial.

Comenzó cuando tu primera opción falto a la fiesta ¿Tu primera opción? Eso debió darme una señal, es decir, sabía que no esperabas pasar toda la noche hablando conmigo de sexo, ni que era yo a quien esperabas besar esa noche, quizá si querías meter tu mano en mi pantalón, pero es obvio que habrías deseado que fuera alguien más, la chica del dibujo que hiciste durante horas y horas y que no valoro, la chica que pintaba para ti y a quien extrañabas tanto, la chica que te hacia reír y te hacia feliz a pesar de todo.

Cuando conocí la historia de ella jamás pensé que sería mejor que yo en todo aspecto, o que alguien me haría sentir menos que la chica fácil del salón. Pero pasó, así comenzó y finalmente cometí un error injustificable.

El mío fue un conflicto que jamás dejo de ser tema de discusión al punto de que todas mis emociones tenían que ver con que soy una zorra. Vi a mi ex, es verdad me sentí sola, despreciada, engañada, y molesta y tomé la peor decisión. Sin embargo, mi versión y la tuya es diferente, ambos pensamos que el otro es el culpable todo el tiempo. ¿En serio? Todo comenzó en una fiesta porque no tenías otra opción, ¿no era lógico?

Más de un año y medio siendo una zorra, mentirosa, malvada, loca, y mediocre.

Lo curioso es que este día piensas que mi comportamiento tiene que ver con algo que hice y por lo que me siento culpable, no sé, quizá tuve sexo con alguien, pero la verdad es menos interesante, si siento culpa, pero no es la zorra que llevo dentro, es la persona que fracaso en su vida.

Un día desperté y me di cuenta que no eras mi mayor problema, ni siquiera las personas a mi alrededor, el problema era la persona que juré ser y no lo conseguí, de pronto era la mala madre, la novia zorra, la hija desconsiderada, la hermana detestable, la mujer mediocre.

¿Y piensas que eres lo peor?

Alguna vez pensé que las personas conformistas, las que viven en casas humildes, pequeñas y sucias y además se llenan de hijos eran personas estúpidas, eso pensaba hasta que una mujer así me golpeó fuertemente con la realidad. 3 hijos, la mayor de 9 el menor de 2 meses, todos de un padre diferente, viviendo en esas condiciones, sin carrera, ni un empleo, el marido parecía salido de una película de ex convictos, viviendo además con su madre. Al verla me sentí triste pues recordé que alguna vez dijimos que jamás seriamos ¨esa clase de persona¨ juramos que alcanzaríamos la luna, que conquistaríamos el mundo, pero no fue así, el mundo siguió rodando y rodo con nosotras, nos pasó por encima y nos dejó echas mierda, lo triste es…

Esa mujer sonríe, sus hijos sonríen, y yo no recuerdo como es ser feliz, para ser honesta ni siquiera recuerdo si algún día lo fui o solo era una chica bonita engreída que jamás quiso pelear por algo realmente. Estaba ahí, comparándome, y entendí, que no fuiste la mujer que dijiste ¿Y qué? Yo tampoco lo fui, y sin embargo también conseguiste ser mejor yo.

Cuando todos son mejores, cuando sientes que no eres nadie, cuando te convences de que todos tienen razón en que eres mala y un fracaso, es el momento de actuar… Escalar a la cima que juraste alcanzar, o saltar de un edificio y acabar con todo.