Calandria
que me despiertas...
y de dicha y luz
me transfiguras,
zaherida de rayo
aún me atas...
a la sempiterna
sombra
de la aurora,
siembra mi corazón
de puro fuego...
en la inevitable hora
del almendro,
aquella que vence
y muere...
entre esclarecidos
labios,
y heridas rosas.
- Autor: pani ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2017 a las 15:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Rosalways, Texi, David Arthur
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