CURVAS DORADAS
Con cierta suspicacia siempre observé tu andar por el mundo,
con ese cuerpo de curvas doradas, vistes de acuerdo a la ocasión
te posas en los mejores rostros y en los menos favorecidos,
eres resistido por la mayoría
pero no puedo continuar mi vida sin asomar
a los elegantes balcones para admirar tu transparencia.
Con resignación adoptan tus bondades y se tornan inseparables
de malos y buenos, lindos y feos según la óptica con que lo mires, una divina adicción que me hace observar el mundo
diferente al que puedo contemplar y reúso mirar el espejo
porque veo en detalle mi angustia,
para viajar en esa refulgencia prefiero prescindir de él
y ver mi piel tersa y suave sin defectos.
Comenzar las mañana sin su compañía es un buen indicio,
me creo esa devolución de la falaz refracción, cuando dispongo
salir no distingo las llaves, con resignación asomo
a tu vendíto ventanal traslúcido y divino,
voy a conquistar el territorio con las elegantes curvas doradas
de su real desdén.
Martín Pereyra
- Autor: Rubén Martín Pereyra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de abril de 2017 a las 12:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Anitaconejita
Comentarios1
Gracias! Saludos. Martín
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