Si supieras, maestro
La cantidad de noches que,
En tu música me resguardo,
Pernocto en un'altra vita,
Me adueño de tus notas,
Las dejo caer en piel desnuda y blanca,
Entran, profundizan en mi alma,
Descansan, se asientan, me abrazan
Me atormetan, entre silencios que me derrumban
Me hacen sentir viva, más viva que nunca.
Me llenan, me matan y,
Me dan la vida de nuevo,
Como si tuvieran el poder de dar,
Como si nada antes hubiera importado,
Como si nada importara ahora,
Como si nada más fuera a importar,
Nunca, jamás.
Gracias, maestro,
Por esa magia mágica,
Que ama y deja ser amada;
Que se transforma,
Que habla en forma de corchea,
Y yo, que no soy digna de tal arte,
Admiro su poder, su fuerza natural
Y lloro, y me emociono
Como si llorara mi vida entera,
Como si no existiera la vida entera,
Como si todo fueran recuerdos de una melodía,
Interpretada por ti,
Escrita por ti,
Vivida por ti,
E impregnada en mi,
En cada poro,
Que Dios, Alá, Buda
Que la energía suprema,
Me dé, cada día de mi vida
La dicha o la desdicha,
De amar tus creaciones,
De sentirme así,
De que me duela tu música,
De que me ame tu música,
De que exista, tu música.
- Autor: Bea Rodríguez ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2017 a las 10:32
- Comentario del autor sobre el poema: A Ludovico Einaudi.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 105
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo
Comentarios1
Que habla en forma de corchea,
Interpretada por ti,
Escrita por ti,
Vivida por ti,
E impregnada en mi,
En cada poro,
esa frase me gusto placer leerte un saludo... Victor
Mil gracias
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