Mi humilde homenaje a los anónimos “hacedores de milagros”
A mi hijo el doctor Adrián Gold y a todo el equipo de terapia intensiva del hospital RAMOS MEJÍA
“HOSPITAL PÚBLICO”(reeditado)
Son las dos de la mañana...o las tres, a quién le puede importar, aquí el tiempo es parte integrante del inventario, los médicos de guardia haciendo su habitual recorrido, siempre acompañados por alguna abnegada enfermera, ángeles guardianes haciendo milagros,¿ uno de ellos? que estos sufrientes seres puedan recuperarse y salir al ruedo nuevamente. La habitación en penumbra, se vislumbra una silueta acostada, una sombra alta con la cual pareciera hablar el ocupante de ese habitáculo, sería por demás interesante saber que le estará platicando.
Cuando la vista se va acostumbrando a la oscuridad, uno se sorprende al darse cuenta que la susodicha sombra, es un tubo de oxígeno que a su vez soporta una sonda de plástico, perdiéndose en las fosas nasales del paciente, ¿quién es? ¿Porqué está allí?¿qué le pasa?.
El nombre del individuo ¿a quién le importa? Solamente a los médicos, que pasan a ser para ellos algo así como Dios (pues esperan el milagro de salvarlos de sus males). Esto es algo personal entre él y la “parca” que siempre espera a algún “cliente” este es el pedazo de vida que la está peleando , ¿su vida? bueno, de alguna manera debemos llamar a esos ojos sin luz y a ese respirar como auto que le falla un cilindro.
Me interesé por él en particular y me dijeron: “ES EL DE LA CAMA NUEVE DE TERAPIA INTENSIVA, aferrado a la existencia gracias a un respirador, gambeteando la muerte en un desigual combate, que nadie sabe como terminará, que destino cruel para alguien que es simplemente ¡UN SER HUMANO!.
Mientras observo esa figura inerte, me pasan por la cabeza infinidad de pasajes que muy bien podrían ser la de ese hombre: un hogar, esposa, hijos, problemas cotidianos, tal vez un jefe que pretende lo que no puede ser, al fin de cuentas...cosas que nos pasan a la mayoría de los mortales, ¿sabremos entender que es diferente?, es el anónimo propietario de su bien más querido: LA CAMA NUEVE.
Me quedé escuchando el tic tac de un reloj, que va desgranando las horas que le faltan para despegarse de ese aparato, que ya parece un apéndice natural de su cara, o las que le faltan para irse a morir al cruel cemento de la ciudad.
Fue pasando el tiempo y un día cualquiera en que a bordo de mi automóvil, realizaba mis tareas habituales , sucedió algo que también ya es por demás cotidiano, un piquete de gente protestando me obliga a desviarme de mi camino y en ese trajinar en busca de una salida, desemboco en la calle .Urquiza a dos cuadras del hospital y me dije: ¿qué será de la vida de ese internado? y hacia allí me fui..
Observé la marea de gente dirigiéndose a los distintos consultorios, en fin, lo de siempre, me introduzco en el edificio y a lo lejos lo veo con un bagallito de ropas en las manos, lo seguí hasta la recepción donde un joven con un libraco enorme frente suyo, estaba preparado a escribir los datos del paciente que se iba de alta y alcancé a escuchar lo siguiente: ¿nombre? CAMA NUEVE DE TERAPIA, ¿apellido?. RAMOS MEJÍA.
Mientras se perdía en esa serpenteante aglomeración de seres que buscan la salida, como si allí estuviese esperando alguien para decirles: ya todo pasó, ahora salgan a disfrutar.
Pero desgraciadamente el destino es el que mezcla las cartas y decide quién va al cielo…o al infierno.
El que lo iría a recibir son los brazos de una gran ciudad , que al no tener corazón no se conduele con nadie, menos con él…SIMPLEMENTE UN PARIA.
En tanto, yo notaba que la vista se me nublaba cada vez más, era un cúmulo de lágrimas que pugnaba por salir de mis ojos y no hacía nada para contenerlas...
“ME HACÍA MUY BIEN DESPRENDERME DE ELLAS”
Boris Gold
(simplemente…un poeta)
www.wix.com/borisgold33/bgold
- Autor: boris gold ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2017 a las 09:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: anbel, Isis M
Comentarios5
Ya te lo había leído...Un placer leerlo de nuevo. Te mando de nuevo mi estrellita.
Estupendo relato que describe y denuncia la triste realidad de la sanidad pública que conozco muy bien porque soy médico aunque desempeño mi trabajo en documentación médica y no trato con pacientes.
Gracias amigo Bris por plasmar como en una poesia la realidad de la vida.
un abrazo hector cesar.
Hermoso homenaje, Boris.
Cuando me gradué de mis estudios en Licenciatura en Economía, trabajé por cuatro años seguidos en un hospital gineco-obstétrico y pude sentir de cerca la vida agitada de los galenos y su lucha diaria contra la muerte. Vivo por suerte en una isla en la que la salud, a pesar del batallar diario con las escaceses, puede darse el lujo de mostrar relevantes índices en los resultados de la salud pública.
Linda noche para ti.
Boris un relato que nos pone a pensar , excelente prosa . Saludos mi amigo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.