Hilos cristalinos mojan su cuerpo
entre espuma blanca que se desliza,
en la ducha fresca sin mucha prisa...
La mujer bella que en feliz sonrisa
con sus tersas manos su pelo riza,
cantándole al amor, mientras se ducha.
En tanto yo espero... ¡Qué sentimiento!
La alcoba aguarda la anhelada noche,
canta al deseo y a mí no me escucha.
Dichoso el espejo ya la disfruta
y yo que la quiero, ¡Qué tanto espero!
La mujer bella, la preciada fruta
está muy contenta, ¡Yo desespero!
- Autor: Inexistente ( Offline)
- Publicado: 27 de abril de 2017 a las 11:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: anbel, JoseAn100, Ross4, yunque, Rubén Martín Pereyra
Comentarios2
a por ellaaaa amigo ,intentarlo es de valientes conformarse un error, preciosa poesia de una ducha y un deseo desesperado que no se escucha, muy bueno ,abrazos
Ok amigo... su pase por aquí y su atento comentario me es relevante...muchas gracias.
Abrazo recibido y devuelto.
Inténtalo amigo es mejor que la duda, Martín
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.