Vampir

Glomo

               Desde que bajé a desayunar el olor a tostada

               invadió mi pituitaria, tus colmillos me asustaban,

               el aceite era rojo, el ajo escaseaba,

                no recuerdo qué narices hacíamos 

               colgados boca abajo en la viga que hay encima 

               de tu cama. La piel de lagarta te daba un aspecto

              prehistórico , no te podía mirar a la cara, no tenías cara.

              La llama despertó la pasión, nos dormimos y

              al despertar éramos dos cadáveres con

              náuseas el uno del otro, verdadero horror

              al recordar lo sucedido: - ¿Tienes fuego?

- Tengo un infierno, baby. - Pues dame un poco, anda.

- Toma. Dame tu un poco de tu cuello. - ¿Cómo?

- Ya me has oído, no te hagas el estrecho.  - Te vas a enterar tú 

estrecho... Y poco después me estabas enseñando la

comodidad de tu ataúd y tus telarañas. 

              

  • Autor: Glomo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de mayo de 2017 a las 12:53
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 50
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