En tu cintura vespertina,
se acumulan centenares
de hilos invisibles,
un rubor de silenciosa fatiga,
un carrusel de orillas
en un cálido paisaje.
La oscuridad pide buscarte,
intentando repetir con los labios,
los pasos en el tiempo.
Me cuelgo ensordecido
a la invitación de tu espalda,
y vuelve la boca
a repasar excesos.
Nos llenamos, nuevos,
del cansancio avaricioso,
amigo dócil de tu pelo,
enemigo secular del sueño.
- Autor: A. Martinez ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2017 a las 23:14
- Categoría: Amor
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandrina
Comentarios1
Me sigo encantando de su poesía.
Muchas gracias por leerla.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.