Ahí van las brillantes y duras balas de acero,
Rompiendo fina y delicadamente el viento,
Asegurando de manera precisa su trayecto,
Obviamente disparadas por un soldado frío y sin sentimientos.
La ciudad tiembla y veloces sombras se ven pasar,
Dejan algo caer y todos rápidamente se van,
Instantáneamente algo escucho detonar,
Y después de eso nada volví a recordar.
El enorme y pesado tanque, a todos piedad debe tener,
No hay que hacerlo enojar si su furia presente no queremos hacer,
Pero todos sabemos que tarde o temprano va a perecer,
Y en ese glorioso momento todos libres hemos de ser.
- Autor: Luis Hernandez- ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2017 a las 17:39
- Comentario del autor sobre el poema: Esto es de alguna manera la experiencia de la guerra.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 79
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