Admirar esto o aquello
caer en las luces o redes
en una atracción inminente
de la lámpara a la que recaen
todas las dispuestas atenciones
Al centro de la aglomeración, una voz
en las pantallas desplegadas, una voz
en los diarios de ayer y hoy, una voz
en la intimidad vacía solo un hombre yace
Esta masa que ya se ha dado, en todos
tiempos en todas partes, es un peligro
hermano, dejarse iluminar por un fuego
ajeno, permitir el habitar de un deseo
externo, para sentirte uno parte de algo
Que no existe ni existirá, jamás
el reunirse completo en el otro, jamás
frente al peligro la absoluta seguridad, jamás
la reducción de la incertidumbre o la oscuridad, jamás
No decaer en la atracción del carisma
aquella espuma en la ola de la ovación
no reposar en el tibio mareo, donde nadie
piensa el instinto que se deja expresar a través de tí
II
Buscando en todas las esquinas, un padre
así te hallé desvalido, en tu camino
al refugio pleno, al edén
prometido, no creas
ya en él
El líder, amor, el padre inequívoco
todos buscando su única aprobación
Todos los dioses eternos, el totém
la estrella, la cruz, ¿oh Dios
padre, por que siempre eres
hombre?
El árbol, aquel primer obelisco
que conjuga inframundo y cielo
Él, el único que, al contrario
de nosotros no evidencia vacío
-la felicidad irradia y la ira -
Aquel prisma imantado vigila
lo es todo para lo mirado
-y no al revés- un fantoma
El ideal del yo, mi bien, disuelto
a darle la espalda, la vuelta nuestra
Ambivalencia es; veneración y odio
III
Somos un mosaico en blanco
y negro habitado por otros
y en cada uno de los cuadros
nuestros, reside una imagen de él
(Yo) Cargo el apellido como estigma
el espíritu de flora o fauna
encarnado después de la manifestación
divína -se prohibe introyectarlo;
esto es, destruirlo o tragarlo-
Allende la envidia de la mejor posición
su figura, Una fuerza siniestra donde confluye
muerte, del misterio y origen
Cuidado, con la aprobación de la masa
siguen ciegos al ídolo brillar, un barranco
luego, se aproxima a ser la historia que perdura
De la modernidad, el cadáver primordial
lega un pacto social; no matarás. me persigno
en el hombre del padre, todos como hermanos
-despedimos al que nos toma como niños
al sepultar su religión -
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 9 de mayo de 2017 a las 19:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: maria1314
Comentarios1
Logrado, sí, sí.
Pero el deseo siempre es deseo del Otro. No por nada A se escribe tachado, su completud es una ilusión (si no tuviera falta, no habría deseo ni en A, ni en $). Y donde A no está completo, es donde cada quién realmente puede jugar su juego.
Hay algunas formas de evitar la cachetada de un muerto.
Gustó. Un gusto leerte.
Amigo, me falta teoría para entender el comentario, ¿me recomendarías algo que pudiera leer para poder entenderlo aunque sea en un nivel básico?, de cualquier forma espero que estés bien, un abrazo!
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