I
Aprendimos que la muerte no es el peor castigo, de esa forma cada quien moría por su lado.
Yo moría por su ser y ella por el mío, fue el mejor castigo que he presenciado. Una muerte en vida sencilla y explicita que me hacia dormir feliz por las noches.
Y vaya si mis noches tienen su nombre.
II
La ausencia fue una maestra fría y voraz, tenia hambre de nosotros. Había espacios infinitos entre un segundo y otro cuando ella no estaba que nunca supe rellenar.
Las cervezas de aquella noche no fueron suficientes y mi remedio fue no dormir cada madrugada, no tengo ninguna razón para esperar el amanecer pero aun así lo hice.
Asumo que el hambre devoro mi sueño y permanecía despierto por que mis sueños sin ella no eran nada.
III
Otra vez le traigo flores, se marchitan a paso acelerado aquí afuera pero no me importa, traeré flores hasta el día que muera.
Traeré flores por razones sencillas, el amor es una, el recuerdo otra. No olvido cada palabra suya por que cada suspiro de ella me dejo marcado. Por que cada segundo que me regalo fue el mejor regalo, por que cada beso que me dio fue el mejor beso que me hayan dado.
Ahora estoy aquí solo, de rodillas y llorando en plena lluvia al mediodía.
Aun la amo y no la olvido, me secaré mis lágrimas y me iré, lo lamento.
Prometo volver el próximo domingo.
De momento entre nosotros existe una gran brecha, pero algún día volveré a verla.
Maldición, odio ver su nombre escrito en piedra.
- Autor: Gfirma ( Offline)
- Publicado: 10 de mayo de 2017 a las 18:36
- Categoría: Triste
- Lecturas: 21
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