Amo su paciencia, y a la misma vez su firmeza
que no me deja caer, sí, yo no aprendí a amar equilibradamente,
yo no estallo, soy débil, demasiado delicada, nada efusiva, a la vez tan exigente,
tiene sus aspectos buenos y malos.
pero él puede lidiar con este torbellino de emociones que no sé controlar.
Me escucha, sonríe, no sigue la pelea, me aconseja,
hace que abra los ojos y no dude más,
me abraza y hace que olvide cualquier nimiedad,
me entrego a ese amor suyo,
tan suave, tan comprensivo.
Otro hubiese salido corriendo, él corre el riesgo, se queda y si pregunto por qué,
me dice que él vino a este mundo a combatir contra mis demonios y amar aquello que soy por dentro, que oculto de otros.
Cualquier argumento me basta, yo sé que estábamos predestinados.
- Autor: Lila Mariel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2017 a las 13:52
- Comentario del autor sobre el poema: señores, yo a éste hombre lo amo, y cuanto quisiera quedarme con él.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Lila Mariell, Kalianali, Edmundo Rodriguez
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