Por Alberto JIMÉNEZ URE
No asombres, desde otro país,
Cuando en el [que fue ] mío
Demuelan estatuas
De comandantes canallescos
Que vivieron para cometer y legaron
Tropas de mercenarios para flagelarnos.
No asombres, desde otro país,
Ni difames somos
Un «Pueblo Salvaje»
Porque la Vindicta Pública
Tiene vetusta data y la Historia,
Que sin duda se repite,
Registra la magnitud de la rabia
Sanadora de heridas traicioneras.
¿Cuántos enfermos pudieron curarse
Con los dineros que se destinaron
A modelar esos memoriales de victimarios
En naciones iracundas a causa del oprobio?
¿Cuántos hospitales y casas de estudios
No recibían presupuestos mientras
Grupos de idólatras colocaban efigies
De genocidas en parques y plazas?
¿Cuántos indigentes, hambrientos y desempleados
Duermen en mi país con sus estómagos vacíos?
En Venezuela hay más armas que ciudadanos,
Señor [a]: menos medicinas que balas,
Más gases tóxicos que alimentos accesibles
Y toda clase de trazas u objetos letales
Destinados a evitar las protestas de los humillados.
Que los escultores no se ofendan y muestren contrición
Cada vez que pasan por lugares donde sus obras desaparecieron:
No honraban santos, hermosas damas ni ilustres de la patria.
- Autor: DEMÓDOCO ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2017 a las 06:41
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 76
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Rafael Parra Barrios
Comentarios1
Pobre Venezuela que yo conozco, pensando en Canaima que allí pudo estar ubicado el Paraíso Terrenal.
Lamentable situación la que ahora se vive. ¡Lo siento! Tengo familia en Caracas.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.