Cuanta soledad. Nubes negras, luces negras, torbellinos y lágrimas se avecinan, resplandor de miedo, de fuego.
Desesperación y locura fue lo que dejaste, fue lo que dejé para tu memoria. Recuerdos imborrables que se quedarán en tu mente por siempre; como duelen, ¿cómo se olvidan? ¿cómo se callan?
¿Como hacer para no faltarte? ¿para no faltarme? ¿como hacer para no fallarme nunca más y creer nuevamente?. Segundos de paz en el tiempo y compasión necesitamos, anhelamos.
Soy el aprendiz que superó al maestro y mi turno ha llegado, llegó la hora de consagrarme para siempre, de hacer que mi nombre sea grabado en tí, en tu esencia, en tu corazón, para latir contigo sin estar conmigo.
Figuras y sombras, espejismo nocturno, así me verás cada noche. Me buscarás en medio de la gente y no hallarás consuelo, me llamarás y en tu dulce voz escucharás un eco por respuesta. Querrás tocar la luna pero con mi poder la he eclipsado.
Aquel que te cuidaba se ha marchado, de prisa, con apuro. Ha buscado refugio en otro sitio, en otro mundo, en otra época donde el dolor se halle olvidado. Sus versos y palabras se acabaron, han migrado con el viento y con el polvo de los astros.
Sé que el tiempo fue mi maestro y como el buen aprendiz, ahora lo he superado. Nubes negras, luces negras, torbellinos y lágrimas se avecinan, me llevará unas cuantas lunas olvidarte, pero de esta tormenta saldré bien librado.
C.
- Autor: Carlos Güell (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2017 a las 21:37
- Comentario del autor sobre el poema: Carlos Güell Presagio Lunes 15 de Mayo 2017 10:27 pm
- Categoría: Triste
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Eloy Mondragón, Ágora
Comentarios1
Precioso poema, es un placer leer tus bellas palabras
Gracias Poetiza. 😊
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