Comía como caníbal
cada corte crucial, cada cuello.
Cuando cruzaste camas confundidas
crujieron carcajadas.
Cuentan como caí,
coleccionando corazones cadavéricos.
Curtidos climas cálidos cubrían cada cosa,
cada cubierto, cada camisa.
Curiosos canes corrían calles color café,
comiendo costales cargados con calamidades.
Contaba cuentos catárticos con cautela, cansado,
cantaba composiciones cursis.
Creyendo... callando.
Con cuantos cuerpos cumpliré
cada cosa comprometida contigo.
Con curar crueles caricias
caminaré contento.
- Autor: César Pérez ( Offline)
- Publicado: 18 de mayo de 2017 a las 16:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: Peco sin demonios
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