Maldita agonía, extraño tus besos, tus abrazos,
aquella voz meliflua alumbrando mis mañanas,
extraño todas esas notas incandescentes,
llenas de todo este sentimiento ardiente,
Uno, dos, tres…
Vi todos los momentos al fin,
vi todos tus besos, todas tus caricias,
todo lo que perdí en un solo día.
Un golpe en mi corazón inició la tormenta,
Llueve, tiembla y truena dentro de mí ser,
extraño tu mano, tu vida,
fundirme contigo y ahogarte en poesía.
Cuatro, cinco, seis…
Soy. El que abandonó toda su fuerza en el olvido,
inmerso en una nube de odio y dolor,
porque sé que ya te he perdido.
Las lágrimas caen en cada renglón,
me abandono por cada destrozo,
vivo por la necesidad de ti,
aún dentro del calabozo.
Siete, ocho, nueve…
Nueve vidas en el paraíso,
nueve caminos hacia mi templo,
nueve introducciones, nueve tranquilidades,
todo esto antes de llegar al tormento,
Cual tormento te preguntarás,
esta tortura de estar sin ti,
te extraño,
anhelo tus besos,
tus abrazos,
tus pensamientos,
extraño todo lo que aún recuerdo.
- Autor: Sebastián Peñafiel ( Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2017 a las 22:46
- Categoría: Triste
- Lecturas: 76
- Usuarios favoritos de este poema: Lita_81, Inexistente
Comentarios1
Una nota... muy bien elaborada... que libera sentimientos.
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