Besar era fácil, tener sexo era aún más fácil, después de todo, el cuerpo sabe como hacerlo, no te mientas.
Pero vaya usted a saber, que ver sus boca era -iba a decir irritable-,
pero más bien es, sobre todo, desesperante y cierto a su vez, irresistible.
Vaya usted a saber, que con sentir sus manos me sentía un dios, -a lo mejor estoy delirando-,
seguramente me sentía un demonio quemandome, pero no en llamas, ni en el infierno.
Mas bien, quemando inevitablemente el tiempo- si es que existía-, mientras te veía.
- Autor: Jorge Enrique Briceño (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2017 a las 01:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 104
Comentarios1
Intenso, muy bien logrado.
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