Miro esa ventana cerrada y me hundo caprichoso en la convicción de que no existes. Pero al caer el crepúsculo y correr el cielo su poncho estrellado te escucho gemir. O te invento en pasos que dejan ecos de soledad y silencio por la casa en sombras. O te invento a veces desde mi vanidad o desde mi capricho, o desde mi lujuria. La pampa gime, la noche tiembla y sigo por las noches escuchando tus pasos en las sombras. Solo al llegar el día la realidad me dice que detrás de esos postigones no hay nada, y tan convencido estoy que no existes, que te guardo en el próximo recuerdo de la próxima noche, o en el próximo sueño.
- Autor: Pampa Dormida (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2017 a las 08:21
- Categoría: Amor
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: racsonando
Comentarios1
Agradables letras cargadas del sabor, del sentimiento; de amor y de patria. ¡Tus pampas reinan con agrado!
Abrazos desde Colombia.
Muchas gracias Racsonando. Muy amable de tu parte. Un abrazo desde Argentina.
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