Estaba el buen Jesús, el milagroso
haciendo con sus hombres oración,
Zaqueo lo seguía silencioso
trepado en un arbusto cual gibón.
Zaqueo era un avaro vanidoso,
un gordo pequeñuelo y juguetón,
un tímido aldeano algo jocoso
con aires de ser fiel y bonachón.
Jesús se dirigió con simpatía
al hombre que trepado allí seguía:
¡Bajad que en vuestra casa os voy a ver!
y así lo acompañó hasta su aposento…
Zaqueo se moría de contento
y no se lo podía ni creer.
- Autor: Ariello (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2017 a las 13:38
- Comentario del autor sobre el poema: Parábola de Zaqueo. en soneto
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 480
Comentarios1
Muy buen soneto y el contenido aleccionador. Un gusto leerte , mi saludo fraterno
Gracias amigo por su comentario.
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