Había una vez una calle desierta llamada la Calle del Recuerdo. En ella, se dice que el llanto nocturno aviva la voz de un fantasma. Es enero y el invierno acaba. El frío secó todo verdor. Y se espera a que la primavera dé muchos frutos. Llega desde el tranvía Sur 45 un señor llamado Miloman. Milonman un delgado y alto comandante del ejército del año 45 de la estación del comando de los Fruyu, llega y se instala en la casa abandonada y desolada cerca de la acera en la Calle del Recuerdo. El señor solitario, decide navegar por la calle. Cuando no encuentra más que vecinos de edad avanzada. Decide hablar con Jufri, un vecino viejo, cerca de la casa donde él desea vivir. Y éste le habla,
-“oye, nuevo vecino, que tal se encuentra en el día de hoy”-.
Y Miloman le responde:
-“yo muy bien y usted, esta calle esta desierta, ah…”-.
Y Jufri le contesta:
-“aquí todos viven en sus casas, desde que pasó lo peor aquí…”-
Y Miloman le pregunta:
-“¿Y qué pasó aquí?”-
Y Jufri, asombrado todavía le dice:
-“una nave de extraterrestres cayó en el mismo medio de la Calle del Recuerdo”-
Y Miloman, más entusiasmado por la conversación:
-“Y, ¿qué pasó después?”-
Y Jufri, con temor le riposta:
-“Todos morimos aquella noche viendo como nos llevaban en su nave espacial”-
Y Miloman, más temeroso:
-“Y, ¿se los llevaron a todos…?”-
Y Jufri, con ese recuerdo…:
-“sí, cada uno hipnotizado por la fuerza de gravedad de la nave”-
Termina la conversación entre Miloman y Jufri. Y Miloman decide investigar a fondo que ocurrió aquella noche. Y decide, con un método de salvación y de muerte hablar con extraterrestres. Y pone su radio en AM, en una estación que tiene frecuencia y decide intercalar su radio con el método AT90, para navegar por el universo en busca de señal extraterrestre. Y sí, lo consigue, Miloman era un comandante de guerra y sabía muchos secretos del tranvía Sur 45 del año 45. Y decide preguntar e indagar con el extraterrestre cerca de la Calle del Recuerdo y sólo se escucha un llanto en la acera cerca de su casa la 58. Y él sale de su casa, a ver si veía algo o a alguien. Y sólo vé una nave casi translúcida y transparente. Y le dice Miloman: -“llévame contigo también”-. Y el extraterrestre se sienta en la puerta de su nave a esperar a Miloman. Y Miloman hace un gesto de guerra y se escucha su llanto llorar por la fuerza de gravedad de la nave espacial hacia su cuerpo celeste. Y quedó allí por siempre, su llanto en la acera de la Calle del Recuerdo por invocar e implorar algo tan sobrenatural como lo es la fuerza extrasensorial del universo. Una fuerza que no conocemos, pero que se le teme.
Fin
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de mayo de 2017 a las 00:06
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 89
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